La mayoría de las personas en el mundo occidental, mediante vigilancia prudente de sus hábitos alimentarios, desarrollaron una condición en su cuerpo donde antiinflamatorios como los ácidos grasos como el omega-6 no lo consumían. Para estas personas es imprescindible aumentar el consumo de los ácidos grasos antiinflamatorios y antioxidantes. Los suplementos claves que deben ser tomados en cuenta para el consumo son:
El pescado es su fuente principal de dos claves de los ácidos grasos omega 3, eicosapentaenóico (EPA) y docosahexaenoico (DHA). Estos son los principales antiinflamatorios. EPA y DHA son pilares esenciales para las prostaglandinas antiinflamatorias del cuerpo (por ejemplo, la prostaglandina E1) y las citoquinas proinflamatorias del cuerpo y la Cox-2 (Il, IL-6 y TNFa). Además, los ácidos grasos omega-3 bloquean la actividad de una enzima que descompone el cartílago articular. Salmón, trucha, sardinas, caballa y atún son buenas fuentes de estos ácidos grasos.
La curcumina es el ingrediente activo de la cúrcuma especia de la India. En las últimas décadas cientos de estudios de pequeña escala han demostrado científicamente que el pueblo de la India ha conocido durante siglos; la curcumina tiene la capacidad de detener o prevenir ciertos tipos de cáncer, detener la inflamación, mejorar la salud cardiovascular, prevenir las cataratas y matar o inhibir los efectos tóxicos de ciertos microbios incluyendo hongos y parásitos peligrosos.
La curcumina es una fuente natural de inhibidores de Ciclooxigenasa-2 (COX-2), que pueden obtenerse artificialmente a través de drogas como Celebrex y Vioxx. Personas que toman inhibidores de la COX-2 como estadísticamente menos propensas a desarrollar cáncer que aquellos que no.
GLA es realmente un ácido graso de Omega-6. Sin embargo, tiene propiedades antiinflamatorias, aumentando la producción de la antiinflamatoria prostaglandina E1. El aceite de onagra proporciona una excelente fuente de GLA. Tomada internamente, el organismo convierte GLA en prostaglandinas. Estas hormonas como compuestos ayudan a regular varias funciones del cuerpo, controlan la inflamación en algunos casos. Las propiedades antiinflamatorias del aceite de onagra ayudan a personas que sufren de dolores y calambres o las dos molestias juntas.
La serrapeptase es una enzima proteolítica que se encuentra naturalmente en el intestino del gusano de seda. Se utiliza ampliamente como un agente antiinflamatorio. Estudios clínicos demuestran que la serrapeptase induce fibrinolítico, antiinflamatorios y anti-edemic (evita la retención de fluido e hinchazón) actividad en varios tejidos, y sus efectos antiinflamatorios son superiores a otras enzimas proteolíticas.
La bromelina es una enzima proteolítica derivada de las plantas. Se extrae de la carne y el tallo de la planta de piña. Es más notable por su eficacia en la reducción de la inflamación y la disminución de la hinchazón. Como una enzima antiinflamatoria natural, la bromelina tiene muchos usos. Los acientes con artritis pueden reducir la inflamación que causa dolor en las articulaciones por tomando bromelina. La bromelina también ser útil para el dolor, entumecimiento, hormigueo, dolor y pérdida de la función motora y sensorial en los dedos resultantes del síndrome del túnel carpiano (CTS).
Aunque es más conocido por su efecto antidepresivo, la hierba de San Juan también ha demostrado tener propiedades antiinflamatorias. En un experimento de laboratorio, investigadores de la Universidad de Frieburg, Alemania se encontró hipericina, uno de los componentes del hipérico, inhibido NF-kB, que activa los genes proinflamatorios.
La escuela de salud pública, la Universidad de California, Los Angeles, investigadores del Case Western Reserve University de Cleveland, informó recientemente que los polifenoles antioxidantes en el té verde tenían propiedades antiinflamatorias mediante la inhibición de Cox-2 y TNFa. Genisteína inhibe la prostaglandina E2 y Cox-2, y quercetina inhibe la actividad de promoción de la inflamación "moléculas de adhesión". Es probable que el extracto de semilla de Pycnogenol, uva y otros flavonoides trabajen a través de mecanismos similares.
El jengibre popular hierba contiene más de 500 compuestos diferentes, muchas de las cuales tienen propiedades antiinflamatorias. La supresión de la inflamación se atribuye a la represión de citoquinas proinflamatorias y quimioquinas producida por synoviocytes, condrocitos y leucocitos. Jengibre suprime la síntesis de prostaglandinas mediante la inhibición de la ciclooxigenasa-1 y ciclooxigenasa-2. Un extracto de jengibre (EV.EXT.77) deriva de el Zingiber y galanga Alpina inhiben la inducción de varios genes involucrados en la respuesta inflamatoria.
La vitamina c ha sido reconocida por sus propiedades antiinflamatorias. En un estudio publicado en la marcha, la vitamina c reduce los signos de inflamación en un 45 por ciento. El estudio se llevó a cabo en una Universidad de Londres y participan a más de 3200 hombres entre 60 y 69. Los investigadores observaron en proteína c reactiva y t-PA, ambos marcadores para los niveles de inflamación en el cuerpo. Los altos niveles de sangre en la vitamina c también fueron predictivos de disminuir el riesgo de coágulos de sangre, como se indica por factores tales como la viscosidad.
La vitamina e juega un papel importante en reducir la inflamación, así como la limpieza del cuerpo de los radicales libres. Ishwarlal Jialal y Sridevi Devaraj de la Universidad de Texas Southwestern Medical Center en Dallas, Texas estudiaron 47 hombres y mujeres con diabetes de adulto es su Inicio, o tipo II y 25 voluntarios sanos. Los investigadores tomaron muestras sangre de las personas antes y después de que cada uno, recibió 1.200 unidades internacionales de vitamina e diariamente durante 3 meses. La vitamina e pudo reducir la producción de una citoquina, un sistema inmunitario molécula de señalización. En experimentos de probeta, los glóbulos blancos fueron estimulados para provocar una respuesta inmune.
Suplementos de vitamina e concentraciones de CRP bajan dramáticamente en los tres grupos. Mediciones de CRP en personas con enfermedad leve cayeron a la concentración inicial del grupo sano, y las personas con diabetes avanzada cayeron a las concentraciones detectadas en las personas diabéticas de antes del tratamiento.
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