El reflujo gastroesofágico, también llamado reflujo o acidez, es un fenómeno común que ocurre cuando el esfínter esofágico inferior se abre y se cierra al azar y permite que los alimentos no digeridos a suban. Los jugos ácidos o digestivos, provocando una sensación de ardor en el pecho. Si tiene acidez estomacal más de dos veces a la semana, puede tener la enfermedad por reflujo gastroesofágico, o ERGE. Algunos alimentos pueden ayudar a aliviar los síntomas del reflujo ácido.
Manzanas
Las frutas más ácidas son aquellas variedades cítricos como naranjas y toronjas debido a que contienen componentes ácidos inherentemente fuertes que no se digieren tan fácilmente cuando se tiene reflujo gastroesofágico. El reflujo puede ocurrir debido a una infección bacteriana llamada helicobacter pylori, o h-pylori, que causa inflamación del revestimiento del estómago. Las manzanas contienen flavonoides que actúan como antioxidantes para neutralizar los efectos del virus h pylori, según el centro médico de la Universidad de Maryland.
Arándanos
Los arándanos y jugo de arándano también tiene propiedades antioxidantes que pueden ayudar a reducir la inflamación en el estómago y el esófago. Además de su capacidad para neutralizar los radicales libres, los arándanos pueden proporcionar antioxidantes adicionales para mantener la digestión normal, sana, según el Instituto del arándano. Los arándanos tienen más fenoles antioxidantes que muchas frutas que se consumen comúnmente. El centro médico de la Universidad de Maryland recomienda añadir arándanos a su dieta por sus propiedades antioxidantes. El color azul de la fruta tiene alta concentración de polifenoles, antioxidantes que pueden ayudar a reducir la inflamación y matar a los radicales libres que podrían estar causando su reflujo. Los arándanos contienen la mayor cantidad de antioxidantes por porción, por encima de arándanos rojos.
Cerezas
Las cerezas son otra fuente eficaz de antioxidantes que pueden reducir los síntomas asociados con el reflujo ácido, según el centro médico de la Universidad de Maryland. Los antioxidantes de gran alcance en cerezas dependen de la quercetina de flavonoides y antocianinas, que reducen la inflamación. Los beneficios son en cerezas rojas y jugo de cerezas. Cerezas frescas, secas o congeladas son todas útiles para reducir los efectos de un esófago debilitado y la curación de su tracto digestivo para evitar futuros ataques con ácido.
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