El hígado es la glándula más grande en el cuerpo. Los filtros de sangre, almacena nutrientes, recicla glóbulos rojos, filtra las toxinas de la sangre y hace que la bilis sirva para la digestión. Estas funciones vitales se obstaculizan cuando el hígado almacena demasiados contaminantes para hacer su trabajo correctamente. La clave para la limpieza del hígado de las toxinas es estimular la producción de la bilis.
Semillas de cardo de leche (Silybum marianum)
El cardo de leche es una hierba depurativa hepática. Contiene productos químicos silimarina y silyin que proteger y reparan el hígado. La Organización Mundial de la salud informa que numerosos informes del caso han indicado que la silimarina y silibina son eficaces en el tratamiento de la intoxicación debido a la ingestión de toxinas de la seta. Intoxicación por esta seta (Amanita phalloides) generalmente causa la muerte de 12 a 24 horas; sin embargo, después del tratamiento con componentes de cardo de leche, la tasa de supervivencia fue 100 por ciento.
Diente de León (Taraxacum officinalis)
El diente de León es una hierba común de jardín que soporta el sistema digestivo. La raíz de diente de León tiene un efecto significativo de la limpieza en el hígado al estimular la producción de la bilis, que finalmente se traduce en mayor transporte de una variedad de compuestos potencialmente nocivos a las heces.
Schisandra (Schisandra chinensis)
Bayas Schisandra (también llamadas Wu-wei-zu) son un ingrediente común de la medicia tradicional china tradicional. La fruta contiene más de 40 diferentes ligninas (compuestos de origen vegetal) que protege el hígado de las toxinas tales como teterachloride de carbono. Esta hierba sirve como un adaptógeno, que, como otras hierbas en esta categoría, ayuda al cuerpo a adaptarse al estrés y trauma. Es útil para pacientes que sufren de hepatitis y otras enfermedades del hígado.
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